Día Mundial del Ataque Cerebral

¿Qué es el ataque cerebral?
El ataque cerebral, es una afección causada por la súbita pérdida de flujo sanguíneo cerebral (isquémico) o por el sangrado (hemorrágico) dentro de la cabeza.

Cualquiera de las dos situaciones puede provocar que las neuronas se debiliten o mueran, ya que sin oxígeno las células nerviosas no pueden funcionar. Las partes del cuerpo controladas por las regiones del cerebro afectadas, consecuentemente, también dejan de funcionar.

Los efectos de un ataque cerebral son a menudo permanentes, ya que las células cerebrales muertas no se pueden reemplazar.
Afortunadamente, por medio del reconocimiento temprano de los signos de un ataque cerebral y la búsqueda inmediata de atención médica se pueden reducir considerablemente las posibilidades de muerte y discapacidad.

Ataque cerebral isquémico: un trombo o una embolia bloquea el la circulación de sangre al cerebro.

Ataque cerebral hemorrágico: se derrama sangre en el cerebro por una rotura en un vaso sanguíneo.

¿Cuáles son los síntomas de un ataque cerebral?
Síntomas
Aprenda a reconocer un ataque cerebral
El tiempo perdido es cerebro perdido
Los nuevos tratamientos sólo funcionan si son aplicados dentro de las tres primeras horas de presentados los síntomas iniciales, entre los que se cuentan:
Falta de sensación, debilidad o parálisis repentinas en la cara, el brazo o la pierna, especialmente en un lado del cuerpo. Se trata del síntoma más frecuente.
Confusión súbita, problemas repentinos para hablar o entender.
Problemas repentinos para ver con uno o los dos ojos.
Dificultades para caminar, mareo, vértigo, pérdida del equilibrio o falta de coordinación.
Dolor de cabeza súbito y de máxima intensidad.

¿Qué hacer cuando ocurre un ataque cerebral?
Si usted está junto a una persona que ha sufrido un ataque cerebral lo primero que debe hacer es acostarlo con un almohadón o varias almohadas, asegurándose de que evitar que se caiga. La persona debe permanecer sobre uno de sus costados para evitar que la saliva o un eventual vómito se dirijan a la vía respiratoria.

Inmediatamente debe llamar al servicio de emergencias público (SAME o similar) o privado (de su obra social, prepaga o mutual), aclarando al operador que la persona ha sufrido un ataque cerebral, lo que constituye una emergencia neurológica y requiere el envío de una ambulancia con código rojo.

Mientras espera la llegada de la ambulancia no proporcione al paciente ningún tipo de medicación. Debe evitar el uso de aspirina o cualquier medicación habitualmente indicada para el descenso de la presión arterial (antihipertensivos). No debe bajarse la presión arterial ni siquiera cuando la víctima tenga valores inusualmente elevados. Esta es una tarea que solo compete al equipo médico y en el contexto hospitalario adecuado.

Si la persona es diabética, debe controlar su glucosa en sangre mediante la tira reactiva. Solo en el caso de que la glucosa sea menor de 80 mg/dl deberá proporcionarle algún alimento o bebida con azúcar. Para ello la persona deberá estar perfectamente sentada, despierta y con el mentón lo más pegado al tórax posible.

Recuerde y si puede anote la hora exacta de comienzo de los síntomas.

¿Cuáles son los factores de riesgo del ataque cerebral?
Existen dos tipos de factores de riesgo para el ataque cerebral: controlables y no controlables. Los primeros son bastante conocidos por la población, debido a que son los mismos que para la enfermedad coronaria y el infarto cardíaco:
Factores de Riesgo Controlables
Hipertensión Arterial. Es el factor de riesgo más frecuente; está presente en casi el 80% de los pacientes que sufren un ataque cerebral en la Argentina.
Diabetes. El control de la diabetes es esencial. En la Argentina, el 22% de los pacientes que sufren un ataque cerebral es diabético.
Alcoholismo. El consumo excesivo de alcohol tiene una estrecha relación con el riesgo de sufrir hemorragias cerebrales.
Cigarrillo. El riesgo de sufrir un ataque cerebral aumenta entre un 50% y un 70% en fumadores y el impacto es mayor en mujeres.
Colesterol elevado. El colesterol aumenta el riesgo de que se tapen las arterias, incluidas las que van al cerebro.

Otros factores de riesgo que pueden ser controlados incluyen:
Sedentarismo. La falta de actividad física puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Drogas ilícitas. La cocaína y otras drogas se asocian a una mayor frecuencia de ataques cerebrales.
Obesidad. La obesidad es un importante factor de riesgo y su presencia potencia a otros factores.

Factores de Riesgo No Controlables
Adicionalmente existen factores de riesgo no controlables.
Es importante reconocerlos para poder identificar individuos con un mayor riesgo de sufrir un ataque cerebral:
Edad. El riesgo de sufrir un ataque cerebral se duplica a partir de los 55 años de edad.
Género. Los hombres tienen mayor riesgo con respecto a las mujeres.
Herencia. Las personas con antecedentes familiares de enfermedad coronaria o cerebrovascular constituyen un grupo de mayor riesgo.
Antecedentes personales. Quienes ya sufrieron un ataque cerebral tienen mayor riesgo de tener otro.

¿Cómo puede prevenirse el ataque cerebral?
Si bien el riesgo de sufrir un ataque cerebral no puede eliminarse por completo, puede trabajarse para disminuir la probabilidad de sufrir un evento mediante:
Aliméntese saludablemente
Controles médicos regulares.
Estricto control de la presión arterial.
Abandono total del cigarrillo.
Optimización y seguimiento médico de la dieta.
Ejercicio físico bajo supervisión médica.
Control estricto de la diabetes.
Control y tratamiento de las enfermedades del corazón.

¿Cómo se diagnostica el ataque cerebral?
Diagnóstico del Ataque Cerebral
El diagnóstico involucra estudios específicos realizados por profesionales entrenados en esta enfermedad.

Cuanto antes se haga el diagnóstico, más posibilidades de tratamiento y recuperación tendrá el paciente. El ataque cerebral es una emergencia. Se debe llamar al sistema de emergencias y pedir una ambulancia con código rojo.

Un adecuado diagnóstico de los motivos del ataque cerebral es fundamental para poder prevenir un segundo evento, lo cual es de probabilidad relativamente alta.
Debe hacerse sobre la base de:
Entrevista con el paciente y/o testigos del evento, más un profundo examen neurológico.
Estudios cerebrales por imágenes (tomografía computada o resonancia magnética).
Evaluación de flujo sanguíneo y lugares de sangrado (angiografía por resonancia magnética, angiotomografía, doppler de arterias del cuello y/o transcraneal).
Análisis de sangre para detectar alteraciones de la coagulación.
Electrocardiograma y ecocardiograma para identificar fuentes de coágulos que pueden viajar hacia el cerebro.

¿Cómo se trata el ataque cerebral?
Tratamiento rápido
Un rápido tratamiento del ataque cerebral permite reducir enormemente la probabilidad de secuelas
Llegar en forma rápida al centro asistencial más cercano que cuente con los medios necesarios, disminuye las secuelas y la mortalidad ocasionadas por esta enfermedad.

Al igual que el infarto de corazón o el paro cardiaco, el ataque cerebral debe considerarse una emergencia. Por este motivo es esencial la asistencia y el traslado al hospital en el menor tiempo posible. Con este fin, recomendamos que, ante los síntomas típicos (pérdida de fuerza en alguna parte del cuerpo, problemas para hablar, alteraciones en la vista, mareo o vértigos o inestabilidad para caminar en forma brusca, dolor de cabeza de comienzo explosivo) llame inmediatamente al servicio de ambulancias y “solicite un código rojo” aclarando al operador que su familiar o conocido puede estar sufriendo un ataque cerebral.

Mientras espera la llegada de la ambulancia usted no debe administrar ningún tipo de medicación al paciente. No debe disminuirse la presión arterial, no deben administrarse sedantes o drogas que puedan dormir al paciente ni medicamentos que modifiquen la coagulación (aspirina o anticoagulantes) mientras se espera la llegada del médico.

Cuando llegue al hospital se le realizarán exámenes clínicos, de laboratorio y una tomografía de cerebro de urgencia en la cual se podrá determinar el tipo de ataque cerebral.

El tratamiento que se puede aplicar depende del tipo de ataque cerebral, edad, estado de salud y el tiempo transcurrido. No todos los pacientes recibirán el mismo tratamiento.

Tipos de tratamientos
A realizarse en la Emergencia
Compensar al paciente. Asegurarse que tenga una buena presión arterial, que no tenga dificultades para respirar o mantener un oxígeno adecuado en la sangre. Hay que corregir posibles alteraciones de la sangre como la glucosa de estar presentes. Todas estas acciones mejoran el pronóstico del paciente.

rt-PA. Se trata de una droga que permite destapar la arteria ocluida cuando se produce un infarto de cerebro. Se debe aplicar dentro de las tres primeras horas de manifestados los síntomas, para lo cual usted deberá llegar un hospital que cuente con un tomógrafo en las primeras dos horas. En algunos casos no es posible aplicarla porque el paciente esta muy grave, tiene sangre en el cerebro o existe alguna otra contraindicación que impide su administración.

Tratamientos diferidos en la internación
Cirugía
En algunos casos es necesario recurrir a cirugía neurovascular. La cirugía puede requerirse para reparar el daño causado o para prevenir la ocurrencia de un segundo ataque. Por ejemplo, puede ser preciso liberar la sangre de un ataque cerebral hemorrágico o reparar vasos sanguíneos dañados.

Otros procedimientos. Algunas personas pueden beneficiarse con la utilización de un catéter para destapar los vasos dañados en el cerebro. Estos son métodos nuevos y no están disponibles en todos los hospitales.

Tratamiento de los factores de riesgo. El tratamiento de los principales factores de riesgo vascular como son la presión alta, la diabetes, el colesterol y la obesidad al igual que modificar hábitos de vida no saludables como el sedentarismo y el tabaquismo. Son medidas altamente efectivas para disminuir un nuevo eventos.

Antiagregantes o anticoagulantes. Podrán estar indicados de acuerdo al tipo de ataque cerebral y a cual fue el factor que lo desencadenó.

¿Cuáles son las consecuencias de un ataque cerebral?
Consecuencias del Ataque Cerebral
Dificultades en la motricidad, los sentidos y el habla son las consecuencias más comunes
Nuestro cerebro lo controla todo: cómo nos movemos, cómo nos sentimos, cómo pensamos y cómo nos comportamos. Las lesiones al cerebro debidas a un ataque cerebral pueden afectar cualquiera de esas habilidades. Estas son algunas consecuencias posibles:
Hemiparesia o hemiplejia (debilidad o parálisis de un lado del cuerpo, respectivamente)
Afasia (dificultades con el habla y el lenguaje) o disfagia (dificultad al tragar).
Disminución del campo visual y problemas de percepción visual.
Pérdida de control de las emociones y cambios de humor.
Negación de los cambios causados por la lesión al cerebro.
También existen efectos emocionales:
Depresión
Las consecuencias del ataque cerebral generan además problemas de tipo emocional, como depresión y frustración
Depresión.
Apatía y falta de motivación.
Cansancio.
Frustración, enojo y tristeza.
Llanto involuntario.
Trastornos cognitivos (problemas de memoria, juicio, solución de problemas).
Cambios en la conducta.

¿Es posible rehabilitarse luego de sufrir un ataque cerebral?
Tratamiento del Ataque Cerebral
Un buen tratamiento, junto con paciencia y esfuerzo, permiten recuperarse positivamente de un ataque cerebral

En la mayoría de los casos, los pacientes efectivamente mejoran. Es importante recordar que los efectos de un ataque cerebral son peores inmediatamente después de ocurrido el evento. A partir de entonces, la velocidad y calidad de las mejoras dependen de la extensión de la lesión cerebral y del éxito del tratamiento y la rehabilitación.

Algunos puntos importantes a tener en cuenta:
La recuperación comienza una vez finalizado el ataque y cuando el paciente está médicamente estable.
Algunas mejoras son espontáneas y dependen de cómo funciona el cerebro después de la lesión.
Los programas de rehabilitación para personas con ataques cerebrales ayudan a mejorar las capacidades y aprender nuevas destrezas y técnicas para adaptarse.
La depresión que sigue a un ataque cerebral puede interferir con la rehabilitación. Es importante tratarla.
Las mejoras suelen ocurrir más rápido durante los primeros meses después del ataque, y luego siguen con el esfuerzo y dedicación continuos a través de los años.

Fuente: ataquecerebral.org.ar